"¡Muchacha, siéntese bien!"
"Las chicas no se sientan así"
"Las mujeres decentes cierran las piernas"
"Las buenas mujeres saben ocupar su lugar"
La acción artivista del pasado 25 de marzo del 2022 surge de la observación y del deseo de experimentar con la autonomía de los cuerpos femeninos, cuerpas, en los espacios compartidos, privados y públicos. También para cuestionar y repensar recomendaciones bien intencionadas como las de arriba, y tratar de entender su origen y la extensión de su control sobre nosotras. ¿Para qué nos lo dicen? ¿Por qué las seguimos en automático? ¿Qué nos impide cuestionarlas y retarlas?
La idea básica era colocarnos en el espacio de la forma más abierta posible, quizás como le hemos visto hacer los hombres casi siempre. Construir una presencia física segura y relajada.
A la convocatoria respondieron 33 mujeres con 33 razones poderosas para estar. Lograron llegar y estar en vivo y a todo calor 5. 6 ensayamos y salimos a abrir y ocupar espacios. Se nos unieron 6 personas para apoyar y al final fuimos 9 mujeres tomando y recuperado lugares. Estados. Presencia. La simple acción de estar, sentadas o paradas de formas y en lugares que no se esperaba de nosotras crea extrañeza. Disturbios sutiles. Algo no está bien en la matrix. Tanto desparpajo es sospechoso.
Pero también se agradece ver mujeres habitando su presencia. Cuerpas decididas, cómodas, seguras. Abiertas, sin necesidad de protegerse y sin ánimo de reaccionar a las provocaciones. Mujeres que se acompañan en presencia y actitud.
Gracias a las cómplices #malparadas y #malsentadas: Natalia Beluche Barrantes, Paula Méndez, Sara Martín, Megan Carrera-Raleigh, Gretel Mojica, Paola, Ana Sofía Rodríguez Riba, Esmeralda, Joana Girón.
Registro en fotos y videos gracias a: Ana Sofía Rodríguez Riba, Esmeralda, Joana Girón, Claudia Figueroa y Zair.
Performance #malparadas #malsentadas. 25 de marzo 2022 Una colaboración de Fémina y Mariela Aragón Chiari. Concepto y dirección: Mariela Aragón Chiari
CONTRIBUCIÓN DE LAS PARTICIPANTES
Sara Martín: "Para mí fue como Dar el Gran Golpe. Me explico...
Salí de mi casa ya en una de las posiciones sobre las que hablamos en el último encuentro y fue un subidón de poder cuándo notaba la reacción del entorno, abrían paso, bajaban la cabeza o evitaban el contacto visual. Eso fue como un calentamiento.
Llegué temprano al lugar y con el pecho inflado, sin darme cuenta me vi escondiéndome de los seguratas, disimulando e intentando hacer como que no me vieran, pero con la sensación de estar haciendo algo malo, como si fuéramos a volar todo aquello. Pasaba de caminar con pecho abierto y cabeza arriba a esconderme en una columna haciendo que miro algo en un escaparate, por qué? no sé, igual es otra performance....
Fue llegando el resto, nos reunimos, nos dispersamos y comenzamos.
Una mezcla muy fuerte de emociones por ver y sentir todas esas presencias y energías e intentar amarrar las mías (casi me volteo completa hasta el rey para aparecer por el puente, por eso de salir bien separadas)
Comenzamos, la tarde se pasó volando, esa adrenalina y sensación de hacer algo malo se transformó en seguridad, comodidad, tranquilidad. Ese aire de rofeo inicial se va, desaparece, por momentos hasta me olvidaba del resto del mundo y sólo éramos nosotras, y todo aquello era nuestro (El Puente fue lo mejor para mí, la niña de rosa reafirmó las razones de hacer lo que hacíamos y escuchar las experiencias de todas al terminar, el relato final de la señora y contar con su apoyo fue un cierre muy potente)
Me llama la atención tanta preocupación o incluso miedo que puedo llegar a tener
incrustado inconscientemente que pasé por una montaña rusa de emociones por el simple hecho de salir y ocupar un espacio que me pertenece por derecho, que es mío. Como al inicio estaba pendiente de proteger y cuidar al resto y pasó a ninguna preocupación de cuidar o proteger a nadie porque no lo necesitan, se respiraba un aire de seguridad y apropiamiento grupal. La calma y seguridad con la que acabé el experimento la intento replicar en mi estar cotidiano. Abrir pecho, levantar la mirada y ocupar lo que necesite en cada momento sin tensión alguna . Muy curioso todo lo que puedes activar con una acción tan sencilla, tanto en quien la ve como en quien la hace."
Megan Carrera-Raleigh:
"Abril 1 2022
Hoy encontré el espacio específico
dónde nadie me mira fijamente:
El fuelle
Ahí hay un juego
de balanceo literal.
Acompaña la metafórica.
El viernes pasado sané un poco
salí de todos mis espacios, uno por uno,
y hacia Plaza Concordia
Ahí nos reunimos un grupo de mujeres,
y de ahí pa’l metro
El metro,
en un mismo vagón del metro
decían
que no nos separaríamos
yo me separé igual
en ocasiones
para poder
seguir pretendiendo
haciéndome la que más…
¿desde cuándo me tengo que hacer la más…?
la que no ve que me ven
la que no siente
la que no escucha
en ocasiones
para poder
vivir aaaaaalgo diferenteeeee chucha madre
me demoraba en cambiar a otra pose,
a propósito
me demoraba en cambiar de lugar,
me demoraba
para disfrutar unos momentos de la atención disminuida
ser nadie
la forma que iba a crear
que formas crear
en público
y se leen esas formas
¿cómo?
como gringa
rara
diferencia innombrable
de afuera y de adentro
¿Por qué tiene tanta confianza
esa niña
que no parece de aquí?
claro que iba a ser ahí en el metro esta acción de resistencia,
ese espacio liminal
que no puedo disfrutar
como disfruto otros
y fue muchas cosas más
mi enredo identitaria
y yo que me mantuve en línea,
muchas niñas he sido
para habitar espacios diversos
tabula rasa,
“No vamos a llegar así, tabula rasa”
Mariela había dicho
Y yo creo que eso ni se puede ya."
Natalia Beluche Barrantes: "Para mí el performance fue un reto, me animé pues sentía que necesitaba conectar con esa parte escénica nuevamente y recordar porqué me interesaba la unión de arte y política, efectivamente el proceso de encontrarme con otras y ver sus energías, sentirlas tan fuertes y sentir también sus miedos me dio el coraje para mantenerme y me recordó que no estoy sola, que la calle nos da miedo a todas. Estar ahí de pie, sostener, buscar no achicarse, mantener la cabeza en alto los hombros abiertos, los codos y rodillas puntiagudos y tomarse el espacio fue energizante, fue reconocer en quienes miran la sorpresa de ver mujeres que no se encorvaran, sentí que era como sostener la dignidad, por dentro temblaba, pero fue motivador saber que algo que parece tan sencillo, como relajarse en una silla, mantener la barbilla arriba, era un desafío al sistema."
Ana Sofía Rodríguez Riba: "Me sentí segura, tomando mi espacio, me sentí segura y cómoda.
Una acción tan simple como tomarme el tiempo y el espacio para reconocer que siempre fue mío.
No hacían falta las palabras, ni la violencia, ni el poder para reclamar nuestro espacio.
Me sentí segura, cómoda y valiente.
Acompañada, protegida, una acción feminista con toda la sutileza y la furia que representamos.
Nos reconocieron, nos aplaudieron, nos apoyaron y tuve esperanza. "
Paula Méndez: "Nunca me había sentido tan segura y despreocupada estando en la calle".
Comments